viernes, 24 de diciembre de 2010

maestras o educadoras??

He encontrado este pequeño texto por una pagina de internet y me ha gustado, lo dejo por quien quiera echarle un vistazo...

Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal caracter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, deberia clavar un clavo detras de la puerta. El primer dia, el muchacho clavo 37 clavos detras de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendia a controlar su genio,clavaba cada vez menos clavos detr! as de la puerta.

Descubrio que era mas facil controlar su genio que clavar clavos detras de la puerta. Llego el dia en que pudo controlar su caracter durante todo el dia. Despues de informar a su padre, este le sugirio que retirara un clavo cada dia que lograracontrolar su caracter. Los dias pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban mas clavos para retirar de la puerta... Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mio, pe ro mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca mas sera la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aqui ves." Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa fisica.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la historia! Y he buscado esta otra...


    LA SOPA DE PIEDRA...

    La fábula de sopa de piedra trata sobre la cooperación frente a la escasez. (fábula europea)



    En un pueblo, una mujer se llevó una sorpresa al ver que había
    llamado a su puerta un Extraño, que le pedía algo de comer...

    Lo siento no tengo nada en casa.

    No se preocupe -dijo el Extraño- tengo una piedra para la sopa en
    mi bolso, si me permitiera echarla en una olla de agua hirviendo,
    haría la más exquisita sopa del mundo...

    A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a
    contar el secreto a sus vecinas, cuando el agua rompió a hervir,
    todo el vecindario se había reunido allí para ver al Extraño y
    su sopa de piedra.

    El Extraño dejó caer la piedra en el agua, y probó una cucharada y
    exclamó ¡Deliciosa! lo que necesita son unas papas...

    Tengo algunas, gritó una mujer, y en pocos minutos regresó
    con una gran fuente de papas que fueron directamente a la olla.

    Volvió a probar y añadió pensativo si tuviéramos un
    poco de carne sería mucho más apetitoso.

    Otra ama de casa salió y regresó con un gran pedazo de carne
    que el Extraño introdujo en la sopa.

    Volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo:
    ¡Ah! qué sabroso, pero si tuviéramos unas verduras sería perfecto.

    Una de las vecinas regresó con cebollas y zanahorias, después de
    intoducirlas en el puchero, el Extraño probó de nuevo el caldo
    y en tono autoritario dijo:

    "Platos para todo el mundo"

    La gente se apresuró a conseguir platos, cubiertos
    y algunos trajeron pan y fruta.

    Luego se sentaron todos a disfrutar de la comida, mientras el Extraño
    repartía abundantes raciones de su increíble sopa de piedra...

    Todos se sentían extrañamente felices, mientras reían,
    charlaban y compartían por primera vez, su comida.

    En medio del alborozo, el Extraño se escabulló silenciosamente,
    dejando la milagrosa piedra, que podrían usar cuando
    quisieran hacer la sopa del mundo más deliciosa.

    Tantas veces pensamos, como la mujer del cuento, que no
    tenemos nada para dar.

    Si cada un@ ponemos en la mesa de la vida lo que tiene, sus talentos,
    sus dones, nos sorprenderemos como los personajes del cuento.

    Habremos convertido la falta en abundancia, tendremos una mesa
    en donde cada uno tendrá un lugar sin excluir a nadie.
    Habrá pan para todos y en abundancia...

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